Fístulas Recto-Vaginales

Es cierto que hay enfermedades que por su naturaleza y localización en el organismo pueden ser causantes de vergüenza, pudor y negación de parte del mismo enfermo, esto precisamente les confiere un factor de gravedad extra al retrasar la atención médica. Vamos en ésta ocasión a hablar de las fístulas recto vaginales.

Fístula recto-vaginal (FRV) se le llama a una comunicación anormal, un desgarre que conecta la parte inferior del intestino grueso (el recto) y la vagina. Esta conexión anómala provoca que los gases y las heces fecales pasen por la vagina. Sin duda que esto genera una situación traumática que incide directamente en la autoestima y el disfrute de la intimidad y finalmente, en sufrimiento emocional y físico.

Las causas más comunes de ésta alteración son:

  • Lesiones durante el parto.
  • Enfermedades inflamatorias del intestino o el revestimiento del tubo digestivo. (Enfermedad de Crohn).
  • Tratamientos contra el cáncer con radiación de la zona pélvica.
  • Cirugías que involucren la vagina, el perineo o el ano.

Más del 80% de las FRV tienen un origen obstétrico, aunque otras pueden ser por lesiones en los esfínteres o por traumatismos durante la relación sexual.

¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas son muy traumáticos y fácilmente observables:

  • Incontinencia fecal de distinto grado.
  • Hemorragia rectal.
  • Secreción maloliente por la vagina o infecciones vaginales recurrentes.
  • Gases y heces en la vagina.

Lo primero que debe de hacer la persona que sufre de éstos síntomas es dejar de lado la vergüenza y acudir al médico especialista Proctólogo, una conversación inicial con él, le ayudará a definir primero, si se trata de una FRV y segundo, a determinar la extensión de la fístula. También revisará su historia clínica y las posibles causas del trauma para diseñar el mejor tratamiento. Existe la posibilidad de que el médico determine que se puede lograr el cierre con manejo no quirúrgico (15 a 40% de los casos), pero depende en gran medida de la detección temprana del problema. De ser necesaria la intervención quirúrgica, existen varios procedimientos que su médico pondrá a su consideración. La tasa de éxito después de la reparación de la FRV es alta, variando de un 90 a 95%, aunque los pacientes con fístulas recurrentes o que tienen una historia de radiaciones, pueden tener un pronóstico menos bueno.

No existe un método que determine que un pólipo es benigno o no, por lo que extirparlos es el tratamiento recomendado, extirparlos mediante una colonoscopía y en caso de que no sea posible, puede ser necesaria cirugía abdominal.

La clave está en tratarse a tiempo, usted no es culpable del problema pero si es su responsabilidad acudir a buscar un diagnóstico temprano. Se debe tener en cuenta que una fístula no atendida puede provocar complicaciones graves debido a las infecciones asociadas a esta enfermedad que pueden ser potencialmente mortales.

Lo espero en mi consulta.

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